¿Qué es la artritis reumatoide y por qué ocurre?
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad persistente que principalmente afecta a las articulaciones, causando inflamación que puede resultar en dolor, hinchazón, rigidez y pérdida de movilidad. Según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (2023), las áreas comúnmente afectadas incluyen las muñecas, manos, pies, columna vertebral, rodillas y mandíbula.
La AR es una enfermedad autoinmunitaria, lo que significa que el sistema inmunológico del cuerpo, que normalmente combate infecciones y enfermedades, comienza a atacar los tejidos sanos de las articulaciones. Este ataque erróneo por parte del sistema inmunitario es lo que desencadena la inflamación y otros síntomas característicos de la artritis reumatoide.
¿Qué síntomas causa la artritis reumatoide?
La artritis reumatoide (AR) presenta una variedad de síntomas que generalmente afectan las articulaciones en ambos lados del cuerpo de manera simétrica. Según MedlinePlus (2023), las articulaciones más frecuentemente afectadas incluyen los dedos de las manos, muñecas, rodillas, pies, codos, tobillos, caderas y hombros, mientras que la parte inferior de la columna generalmente no se ve comprometida.
La enfermedad suele iniciarse de manera gradual, con síntomas iniciales como dolor articular leve, rigidez y fatiga. Entre los síntomas específicos de las articulaciones se encuentran:
Rigidez matutina: Dura más de una hora y es común en las personas con AR.
Sensibilidad y calor en las articulaciones: Las articulaciones pueden sentirse rígidas y dolorosas cuando no se usan durante un período prolongado.
Dolor articular bilateral: El dolor a menudo se experimenta en la misma articulación en ambos lados del cuerpo.
Inflamación articular: Las articulaciones frecuentemente están inflamadas.
Pérdida de movimiento y deformidad: Con el tiempo, las articulaciones pueden perder su rango de movimiento y volverse deformes.
Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración, y pueden llevar a una reducción significativa en la calidad de vida de las personas afectadas.
¿La artritis reumatoide afecta más a mujeres que a hombres?
Sí, la artritis reumatoide (AR) afecta significativamente más a mujeres que a hombres. Según la revista Pharma Market (2023), el 90% de las personas con artritis reumatoide son mujeres. De hecho, las mujeres son hasta tres veces más propensas que los hombres a desarrollar esta enfermedad.
La Encuesta AR 2020, realizada por la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis) a 882 pacientes, reveló que el 89,9% de las personas con AR encuestadas eran mujeres, con una edad media de 51 años. Además, el 46,8% de los encuestados tenía entre 25 y 44 años al momento de ser diagnosticados.
La mayor prevalencia de AR en mujeres se atribuye en parte al efecto de los estrógenos, que estimulan el sistema inmunitario. También se han identificado otros factores de riesgo relacionados con cambios hormonales, como la menopausia precoz, el síndrome de ovario poliquístico y el postparto, según la doctora Chamaida Plasencia, especialista en reumatología del Hospital Universitario La Paz de Madrid.
¿Cuántos grados de artritis reumatoide hay?
Según Roche Colombia, la artritis reumatoide (AR) puede evolucionar a través de varias etapas, cada una con características y síntomas específicos. Según estudios recientes, la progresión de la AR se puede dividir en cuatro etapas principales:
Etapa 1: Sinovitis
En esta etapa inicial, hay un aumento en el volumen del líquido sinovial y las articulaciones se inflaman. Los pacientes pueden experimentar dolor y rigidez, pero el daño estructural a las articulaciones aún no es evidente.
Etapa 2: Hipertrofia Sinovial
La sinovial, el tejido que recubre las articulaciones, comienza a engrosarse debido a la proliferación celular. Esta etapa se caracteriza por erosión del cartílago, neovascularización (formación de nuevos vasos sanguíneos) y mayor inflamación.
Etapa 3: Formación del Pannus
En esta etapa, se forma el pannus, un tejido anormal que puede erosionar el hueso. Las deformidades articulares se vuelven más evidentes y la inflamación crónica persiste, causando dolor y limitaciones funcionales significativas.
Etapa 4: Daño Avanzado del Cartílago y Hueso
La etapa final implica daño severo tanto al cartílago como al hueso, con la posibilidad de desarrollo de anquilosis fibrosa o huesuda (fusión de las articulaciones). La inflamación puede disminuir a medida que la enfermedad progresa, pero la destrucción articular y la pérdida de función son prominentes. En esta etapa también pueden aparecer nódulos reumatoides.
¿Qué es lo que provoca la artritis reumatoide?
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmunitaria, en la cual el sistema inmunológico, que normalmente protege al cuerpo de infecciones y enfermedades, comienza a atacar el tejido sano en las articulaciones. Según Mayo Clinic (2023), este ataque erróneo del sistema inmunitario no solo afecta las articulaciones, sino que también puede causar problemas en el corazón, los pulmones, los nervios, los ojos y la piel.
Aunque no se conoce exactamente qué desencadena este proceso autoinmunitario, se considera probable que exista un componente genético. Los genes no causan directamente la artritis reumatoide, pero pueden aumentar la susceptibilidad del individuo a reaccionar a ciertos factores ambientales. Entre estos factores se incluyen infecciones con determinados virus y bacterias, que pueden actuar como desencadenantes de la enfermedad.
En resumen, la combinación de predisposición genética y factores ambientales específicos parece jugar un papel crucial en el desarrollo de la artritis reumatoide.
¿Cómo se diagnostica la artritis reumatoide?
El diagnóstico de la artritis reumatoide (AR) puede ser complejo en sus primeras etapas, ya que sus signos y síntomas iniciales son similares a los de muchas otras enfermedades. Según Mayo Clinic (2023), no existe una prueba específica de sangre o un hallazgo físico que confirme definitivamente el diagnóstico de AR.
Exploración física:
Durante la consulta, el médico examinará las articulaciones en busca de hinchazón, enrojecimiento y calor. También evaluará los reflejos y la fuerza muscular del paciente.
Análisis de sangre:
Las personas con artritis reumatoide suelen tener una velocidad de sedimentación globular (VSG) elevada o niveles altos de proteína C reactiva, lo que indica la presencia de inflamación en el cuerpo. Otros análisis de sangre comunes incluyen la búsqueda de anticuerpos reumatoides y antipéptidos cíclicos citrulinados.
Pruebas de diagnóstico por imágenes:
Para monitorear el avance de la enfermedad, el médico puede recomendar radiografías. Además, las resonancias magnéticas (RM) y las ecografías pueden ser útiles para determinar la gravedad de la enfermedad y evaluar el daño en las articulaciones.
¿Cuál es el tratamiento de la artritis reumatoide?
El tratamiento de la artritis reumatoide (AR) incluye medicamentos, terapias y, en algunos casos, cirugía. Según Mayo Clinic (2023), el tratamiento varía según la gravedad de los síntomas y la duración de la enfermedad.
Medicamentos:
Antiinflamatorios no esteroides (AINEs): Estos medicamentos, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB) y el naproxeno sódico (Aleve), alivian el dolor y reducen la inflamación. AINEs más potentes están disponibles con receta médica, pero pueden causar irritación estomacal, problemas cardíacos y daño renal.
Esteroides: Los corticosteroides, como la prednisona, reducen la inflamación y el dolor, y pueden retardar el daño articular. Los efectos secundarios pueden incluir osteoporosis, aumento de peso y diabetes. Los médicos suelen usar esteroides para un alivio rápido y luego reducir gradualmente la dosis.
Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARDs): Estos medicamentos, como el metotrexato (Trexall) y la leflunomida (Arava), pueden ralentizar la progresión de la AR y prevenir daños permanentes en las articulaciones. Los efectos secundarios pueden incluir daño hepático e infecciones pulmonares graves.
Agentes biológicos: Estos medicamentos incluyen abatacept (Orencia) y adalimumab (Humira), y suelen ser más eficaces cuando se combinan con DMARDs como el metotrexato. Aumentan el riesgo de infecciones.
DMARDs sintéticos dirigidos: Medicamentos como el baricitinib (Olumiant) y el tofacitinib (Xeljanz) se utilizan cuando otros tratamientos no son eficaces. Dosis altas de tofacitinib pueden aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos, problemas cardíacos y cáncer.
Terapia:
El médico puede recomendar fisioterapia u ocupacional para enseñar ejercicios que mantengan la flexibilidad de las articulaciones y sugerir formas de realizar tareas cotidianas de manera que no se esfuercen las articulaciones. También se pueden usar dispositivos de asistencia, como cuchillos de cocina con agarres especiales o abotonadores, para facilitar las tareas diarias.
Cirugía:
Si los medicamentos no son suficientes para prevenir el daño articular, puede ser necesaria la cirugía. Las opciones quirúrgicas incluyen:
Sinovectomía: Extirpación del revestimiento inflamado de la articulación para reducir el dolor y mejorar la flexibilidad.
Reparación de tendones: Reparación de tendones dañados alrededor de las articulaciones afectadas.
Fusión articular: Fusión de una articulación para estabilizarla o realinearla, especialmente cuando no es posible el reemplazo articular.
Reemplazo articular: Sustitución de las partes dañadas de la articulación con una prótesis de metal y plástico.
La cirugía tiene riesgos, como sangrado, infección y dolor, por lo que es importante discutir los beneficios y riesgos con el médico.
¿Qué complicaciones tiene la artritis reumatoide?
La artritis reumatoide (AR), si no se trata adecuadamente, puede llevar a diversas complicaciones que afectan múltiples partes del cuerpo. Según MedlinePlus (2023), las posibles complicaciones incluyen:
Daño al tejido pulmonar: La AR puede afectar los pulmones, causando problemas respiratorios.
Enfermedad cardiovascular: Las personas con AR tienen un mayor riesgo de endurecimiento de las arterias, lo que puede llevar a enfermedades cardíacas.
Lesión en la columna: El daño en los huesos del cuello puede provocar lesiones en la columna.
Vasculitis reumatoidea: La inflamación de los vasos sanguíneos puede causar problemas en la piel, los nervios, el corazón y el cerebro.
Inflamación del corazón: La hinchazón del revestimiento externo del corazón (pericarditis) y del músculo cardíaco (miocarditis) puede llevar a insuficiencia cardíaca congestiva.
Es importante tratar la AR adecuadamente para evitar estas complicaciones. Sin embargo, los tratamientos también pueden tener efectos secundarios graves. Es crucial consultar al médico sobre los posibles efectos secundarios del tratamiento y cómo manejarlos.
Referencias Bibliográficas
Quizás te interese leer: